Cuando estamos ad portas del Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía -17 de junio-, debemos nuevamente instaurar el debate en torno a esta problemática. Uno de los primeros antecedentes que necesitamos destacar es que en países desarrollados se consumen 350 litros de agua por persona al día, mientras que en países en vías de desarrollo y con escasez de agua, se llegan a utilizar apenas entre dos y cinco litros por día, siendo el agua un derecho al que toda persona debiera tener la posibilidad de acceder para asegurar su hidratación y mantener su higiene. No obstante, esto no se cumple en todos los lugares, ejemplo de ellos son los países sudafricanos y asiáticos.
Pero esta realidad tampoco está al margen de nuestro país, en la actualidad la escasez de agua es uno de los principales problemas que nos está afectando, incluso en nuestra Región. Recordemos que, en febrero de este año, ya se pronosticó una extrema sequía para el Maule y la gobernadora de Curicó se refirió a la escasez de agua en nuestra provincia.
Las causas de la falta de agua en el mundo son varias: por un lado, la contaminación, cerca de un millón de personas mueren cada año por ingerir aguas contaminadas, a lo que se suma el cambio climático, en Chile están disminuyendo las precipitaciones y aumentado las temperaturas, lo que trae como consecuencia bajos rendimientos en los cultivos o a nivel industrial. Añadamos también la poca conciencia que existe con el problema de escasez de agua en el mundo, existiendo aún en nuestro país, un uso descontrolado, tanto en la agricultura, como en las industrias y en nuestros propios hogares.
Por lo mismo, los insto a que, en nuestras casas, no malgastemos este recurso natural, no solamente porque aumenta el precio de nuestra boleta, sino también por el grave problema que existe, si no lo cuidamos, podrían aparecer consecuencias aún peores. Las aguas contaminadas producen numerosas enfermedades de transmisión alimentaria, como la listeriosis y la salmonelosis, también se puede ver afectada la agricultura, la ganadería y, por lo tanto, se puede producir escasez de alimentos. Otra de las consecuencias es la desaparición de especies vegetales en algunas zonas, por ejemplo, en Chile ya están migrando cultivos debido al cambio climático hacia el sur de Chile.
Está en nosotros cuidar este recurso imprescindible para el ser humano y no malgastarlo. Es una obligación ética cuidar y respetar este recurso escaso. Debemos educar a nuestros hijos sobre el respeto al medio ambiente, sobre los problemas que podemos generar. Creemos conciencia principalmente en los niños, de entre 4 y 12 años, que serán los responsables de hacer los cambios o destruir el planeta. Para ello, debemos educarlos; tanto en la casa y la escuela, con un discurso en sintonía, que sea capaz de revertir este panorama.
Las personas aprendemos por modelos, repetimos acciones cuando las vemos, por lo que es importante cuidar nuestro accionar, cuidando el agua cuando abrimos la llave para beber un vaso, reduciendo el agua que usamos para ducharnos, para regar las plantas, para lavar la ropa. Es decir, reduzcamos la demanda de agua, haciendo un uso responsable y tomando conciencia en que es una obligación de cada persona del planeta cambiar sus hábitos, ya que cada vez somos más, pero también cada vez hay más escasez del agua.
María Alejandra Yáñez, directora de la Escuela de Agronomía y de Magíster en Producción Agropecuaria Sostenible de la Universidad Católica del Maule.