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Expertos comparten mitos y verdades de la silenciosa pandemia de la obesidad

El Dr. Rodrigo Villagrán, médico cirujano, jefe del Comité de Extensión de la Sociedad Chilena de Cirugía Bariátrica y Metabólica (SCCBM) y miembro de la Sociedad de Cirujanos de Chile (SOCICH), junto a un grupo multidisciplinarios de profesionales de la salud, aclaran diversas dudas sobre la obesidad como enfermedad crónica, catalogada así por la Organización Mundial de la Salud (OMS):

Una persona es obesa porque tiene malos hábitos

Mito: Sin duda, la mala alimentación y el sedentarismo son hábitos que hay que erradicar, lo que es parte fundamental de una vida saludable. No obstante, hay ocasiones en que ni el ejercicio ni la dieta son suficientes para revertir la obesidad, la que, como toda enfermedad, requiere acompañamiento médico. Así lo indica el Dr. Villagrán: “una persona con un Índice de Masa Corporal (IMC) sobre 30 no podrá bajar de peso solamente con estas dos alternativas. Para ello necesitará un tratamiento complementario y el apoyo de especialistas”.

Es una patología que no se asume

Realidad: “Cuando nos enfrentamos a un paciente obeso, lo primero que vemos es que le costó un largo tiempo aceptar su enfermedad, aproximadamente 4 años. Afecta en lo más profundo la autoestima de las personas, que se niegan a la posibilidad de ser tratados por un especialista. El primer paso para el paciente es aceptar que la obesidad es una enfermedad, buscar apoyo en sus cercanos y visitar a un especialista”, indica María José Leiva, psicóloga y Directora del Núcleo de Psicólogos de Cirugía de la Obesidad de Chile.

La obesidad es una enfermedad de alta mortalidad

Realidad: La obesidad tiene una serie de comorbilidades, o enfermedades asociadas, que hacen que esta patología presente una alta cifra de muertes asociada. De hecho, de acuerdo con datos entregados por CEPAL, tan solo en el año 2017 se produjeron 12.081 muertes asociadas a la obesidad en nuestro país. Además, se señala que cada día mueren en Chile 36 personas en forma directamente atribuible a alguna de las 38 enfermedades crónicas causadas por el exceso de peso.

Entre las comorbilidades se encuentran además enfermedades del hígado y vesícula, artrosis, osteoartrosis, varios tipos de cáncer e infertilidad.

La cirugía para la gente obesa es sólo estética

Mito: En general, los tratamientos para esta enfermedad revierten los efectos de la obesidad y el avances de otras comorbilidades, como la diabetes, además de su positivo efecto sicológico. “La cirugía bariátrica es una herramienta importante en el tratamiento de la obesidad mórbida. Este procedimiento se enfoca en intervenir el tubo digestivo con el fin de revertir la obesidad. De hecho, entre los pacientes con diabetes tipo 2 y un IMC de 27 a 43, la cirugía bariátrica, más la terapia médica intensiva, logra resolver la hiperglucemia[1]. El 51% de los pacientes (IMC 30-40) con hipertensión, presentan una remisión de ésta en 12 meses, según estudio”[2], respondió Dali Youssef, médico en Cirugía Digestiva.

Subo de peso porque “tengo tiroide”

Mito: En este sentido, la endocrinóloga Dra. María Isabel González, asegura que “no todos los problemas con el peso tienen que ver con esta glándula. El hipotiroidismo puede producir un incremento de peso de 2-3 kg cuando no está en tratamiento. Una vez tratado, no afecta el peso. La asociación de exceso de peso e hipotiroidimo es muy frecuente ya que el 74% de la población chilena tiene exceso de peso y el hipotiroidismo también es frecuente, pero no hay una relación causal entre ambas condiciones que justifiquen a la obesidad como una enfermedad preocupante.”.

Comer de noche “engorda”

Mito: Por su parte, Yudith Preiss, médico nutrióloga, dice que “no hay ningún estudio serio que compruebe que comer de noche engorda. La hora en la que se come no es lo que determina el aumento de peso, son las calorías que se consumen y que ocasionan obesidad”.

El lado b: desempeño sexual no satisfactorio

Realidad: Se trata de una “externalidad” que tiene consecuencias que conflictúan aún más a los pacientes, pero que no son abordadas en el debate sobre este tema: “La pérdida de deseo sexual es una de las consecuencias más evidente de la obesidad en ambos sexos, ya que se produce un desequilibrio hormonal: las mujeres producen más estrógenos y los hombres más estrógenos y menos testosterona”, indica el Dr. Villagrán.

Más información: www.misaludnopuedeesperar.com.

Talca Capital

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