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Campaña marítima investigó genética de pingüinos, ecología de moluscos y huella de carbono negro en la Antártica

Además se instalaron estaciones meteorológicas con múltiples sensores en la base O’Higgins y el cabo Melville para hacer mediciones relacionadas con el cambio climático y su impacto en los ecosistemas polares.

Luego de navegar a bordo del buque Betanzos, de la empresa DAP, desde el 2 al 15 de enero, finalizó con éxito una de las campañas marítimas de la LIX Expedición Científica Antártica (ECA 59) coordinada por el Instituto Antártico Chileno (INACH). Fueron 546 millas náuticas (993 km) donde se movilizaron cuarenta investigadores en investigadoras, además del personal logístico, y se transportaron cinco toneladas de carga científica.

La Dra. Lorena Rebolledo, coordinadora científica de esta campaña en el océano Austral, señaló que se apoyaron once proyectos científicos. “Se ejecutaron iniciativas relacionadas con la genética de pingüinos y otras aves; con la ecología terrestre en musgos, líquenes y suelos; se recolectaron muestras de lagos para proyectos en microbiología y de ecología intermareal de moluscos antárticos. También se estudió la geología del Oligoceno en el cabo Melville (hace 33 a 23 millones de años) y se instaló una estación meteorológica del Programa de Sensores de INACH y otra similar en la base O’Higgins para el Instituto Milenio BASE”, comenta Rebolledo.

En la navegación se realizaron grabaciones del fondo marino con un vehículo operado remotamente submarino (ROV) como parte de la iniciativa programática “Centro Antártico Internacional”, del INACH.

La coordinadora científica agregó que durante el track de navegación se efectuaron lances de una sonda oceanográfica y recolectaron muestras de fitoplancton para el Programa de Áreas Marinas Protegidas del INACH. Además, se apoyó a un proyecto de la Universidad Técnica Federico Santa María con la instalación de una estación meteorológica en la proa del buque durante toda la navegación y con la recolección de muestras de nieve en distintos puntos de la ruta para medir los cambios en el albedo.

Daly Noll, investigadora de la Universidad de Chile y del Instituto BASE, relata que “con respecto a la colecta de muestras de aves, el terreno fue exitoso, ya que tuvimos la factibilidad de bajar en todos los puntos establecidos de antemano. Pudimos colectar muestras de distintas especies aves (voladoras y pingüinos) de diferentes localidades. La tripulación del Betanzos fue clave para cumplir con nuestros objetivos, nos brindaron toda su colaboración para el desempeño de nuestras actividades en la Antártica”.

A su vez, el Dr. Francisco Cereceda Balic, investigador de la Universidad Técnica Federico Santa María, quien estudia la contaminación de carbono negro en la nieve antártica, apuntó que “recorrimos once lugares distintos e inéditos en la península Antártica norte, la parte más sensible de la Antártica al cambio climático, donde ya se ha experimentado un aumento de aproximadamente 2 °C. Lo anterior quedó evidenciado, ya que no había mucha nieve en los sitios visitados, incluso en algunos lugares pudimos observar temperaturas de hasta 8 °C, lo que es bastante alto para la Antártica. A pesar de lo anterior, durante la expedición pudimos recolectar más de sesenta muestras de nieve, incluyendo las primeras muestras de hielo que hemos recolectado de icebergs en varios de los sitios de monitoreo. Adicionalmente, logramos instalar nuestra estación de meteorología y calidad del aire (gases y aerosoles, incluido el monitoreo de carbono negro) en la cubierta de proa del Betanzos”.

Durante la ECA 59, este buque visitó dieciséis sitios ubicados entre las islas Shetland del Sur y la península Antártica, incluyendo la bahía Fildes, bahía Almirantazgo, cabo Melville, isla Astrolabio, islotes Duroch, isla Rozas, el volcán Brown Bluff, isla Devil, isla Cockburn, isla Vega, isla Marambio y la base O’Higgins, base Esperanza y el refugio Boonen Rivera.

La expedición contó con dos proyectos audiovisuales: el primero de ellos perteneciente a documentalistas chileno-canadienses titulado “Extremos de las Américas”, además de un equipo de periodistas coreanos del Korean Broadcasting Systems (KBS).

Esta etapa marítima se complementa con los trabajos que está realizando la lancha científica Karpuj, del INACH, en cercanías de la península Antártica, en estudios de peces antárticos en un escenario de calentamiento global, del Dr. Mauricio Landaeta, o el papel de la dinámica del plancton, del Dr. Juan Höfer, entre otros como los programas de investigación del Centro IDEAL.

El INACH es un organismo técnico del Ministerio de Relaciones Exteriores con plena autonomía en todo lo relacionado con asuntos antárticos de carácter científico, tecnológico y de difusión. El INACH cumple con la Política Antártica Nacional incentivando el desarrollo de la investigación de excelencia, participando efectivamente en el Sistema del Tratado Antártico y foros relacionados, fortaleciendo a Magallanes como puerta de entrada al Continente Blanco y realizando acciones de divulgación del conocimiento antártico en la ciudadanía.

Talca Capital

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