Junto a la campaña de empatía Prefiero el Maule, te invitamos a conocer todas las semanas a una emprendedora de nuestra región.

Hoy conoceremos a María Carolina Guerra Tolosa, fundadora de Carolina Guerra Orfebre, donde ofrece joyas de alta calidad 100% hechas a mano.

Carolina, ¿cómo nace tu emprendimiento?

En el año 2009, primero fuimos Atelier Altagracia, nos hicimos socias con mi mamá y comenzamos a ir a ferias con la finalidad de mostrar nuestra propuesta y acercarnos a los gustos y tendencias de los potenciales clientes. En 2011, hicimos una exposición preciosa en una de las salas del centro de extensión de la Universidad de Talca, llamada “Altagracia en Colores”. Luego, en 2012 decidimos instalar una sala de ventas, ahí vendíamos joyas y accesorios de fiestas hechos por nosotras y comprados. Otro recuerdo que atesoro en este camino es cuando una de mis joyas realizadas en cobre y lapislázuli participó en la subasta “Fashion With Love” en Shanghai, evento que estaba destinado a organizaciones benéficas asiáticas.

El segundo nacimiento fue en el 2022, cuando me reinventé como yo misma, Carolina Guerra Orfebre, sin nombre de fantasía, sola y con la intención de simplificar mi línea de productos, sólo joyas y todo hecho por mí. Desde ese momento hasta la fecha he estado integrándome nuevamente a las redes y me he encontrado con la grata sorpresa de que hay mucha gente que me recuerda de mi primera instancia. Hace poco tuve unos novios que me seguían desde hace 10 años y que en ese tiempo decían que cuando se casaran harían sus argollas conmigo, este año se concretó. Hay gente que me dice: “Aún tengo mis Altagracia”.

¿Qué es lo que ofreces al público?

Joyas de alta calidad 100% hechas a mano de oro, plata y platino, fabricados por mí con piedras naturales, dirigido para público que le gusta la alta joyería, novias, novios y personas que buscan distinguirse con piezas únicas diseñadas a la medida. Además, tengo una segunda línea hecha de cobre y bronce con materiales variados y técnicas experimentales cuyo objetivo es innovar y refrescar el look, dar originalidad a quien los use y una voz de diseño a los clientes que traen sus propias ideas y quieren verlas plasmadas en una joya.

¿Qué es lo que más te gusta de lo qué haces?

Crear cosas nuevas. Si bien es hermoso trabajar con novios, que es casi mi cosa favorita, cuando los novios llegan con un diseño o idea que no existe y hay que crear, eso es lo máximo para mí.

Mi jornada favorita es entrar al taller con materiales y no saber qué va a salir al final de eso, sólo mirar los materiales y dejarme llevar por el lenguaje de ellos, ver que va diciendo el proceso. Muchas veces uno tiene una idea, pero los materiales te van diciendo o dando ideas y uno puede ser muy perceptivo y entender ese lenguaje, es como una danza, una sincronía intuitiva que se da entre el artista y su arte.

Una actividad que me ha resultado particularmente motivante y entretenida es cuando he invitado a parejas a participar en la fabricación de sus futuras argollas, es romántico y significativo, además documentamos el proceso y los novios se han ido con la experiencia y el recuerdo de que fueron parte de la creación de sus alianzas.

¿Quiénes te han ayudado a conseguir formar lo que tienes?

Tengo una red de apoyo muy potente. Mi familia y amigos han sido fundamentales todos estos años, ellos me promocionan, compran, me tienen paciencia cuando no tengo tiempo para nada por estar trabajando en pedidos, me acompañan en mis largas jornadas de trabajo solitario, me dan ideas, me critican y me felicitan.

Mi esposo, mi mamá y papá me han apoyado en lo económico también. Es que son muchos años, la lista de gente que me ha apoyado es infinita, hasta un Capital Semilla nos ganamos una vez.

Con los amigos orfebres nos apoyamos también, con dudas, ideas, desahogos y largas conversaciones de las que sólo nosotros disfrutamos, de hecho, las fotos de esta entrevista me las sacó mi amigo Simón Cruz.

¿Cómo te proyectas en 5 años más?

Con más experiencia, con un taller con más herramientas, una sala de ventas compartida con más artistas, haciendo clases de joyería. Hay varios proyectos en mente, algunos por los que ya estoy trabajando. La verdad es que en este trabajo uno tiene muchas ideas, pero en la práctica lo que más importa es la experiencia, por lo menos a mí, me interesa siempre estar aprendiendo, más que tener o lograr cosas, me interesa crecer como artista, por eso me veo con más experiencia, si eso se refleja en que las ideas se van concretando, maravilloso.

¿Cómo ves el crecimiento de los emprendedores en el Maule?

Hermoso. Me acuerdo en el año 2011, en la primera Mexpo, no éramos tantos, en la siguiente, éramos casi el doble y fue creciendo de manera exponencial. Me encanta que todos puedan crecer y tener la oportunidad de mostrar sus productos. Lamentablemente la pandemia dañó mucho este crecimiento, por lo que muchos han tenido que reinventarse, pero siento que los Maulinos somos porfiados y eso me gusta, conozco a muchos que si no les resulta un proyecto inventan otro y vuelven a empezar.

¿Qué es lo que más orgullo te da de ser maulina?

Que en nuestra región hay una variedad inmensa de recursos, hay muchas ideas que se pueden llevar a cabo, tenemos oficios que son patrimonio cultural inmaterial y personas que están genuinamente interesadas en levantar eso y ayudar a quienes necesitan emprender.

Siento que nuestra región aún tiene eso de ser provincia que nos hace más hermanables, por eso esta campaña de “Prefiero el Maule” agarró fuerza también.

¿Qué es lo que más te gusta de Prefiero el Maule?

Que ayuda a conectar, da a conocer oficios y emprendedores que a veces no pueden salir de un espacio geográfico y/o demográfico por falta de recursos, conocimiento, uso de redes, etc. A veces un emprendedor tiene un excelente producto pero no ha podido llegar al público objetivo correcto y “Prefiero el Maule” ha sido un excelente puente para ellos.

CAROLINA GUERRA ORFEBRE

Instagram @carolinaguerra.orfebre

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