No es un secreto que en los últimos años las mujeres han tomado un protagonismo inusitado, tal vez nunca visto y que a muchos nos recuerda las historias de nuestras abuelas o lo que hemos visto en documentales sobre la lucha por el voto femenino.
Las mujeres se han tomado las portadas de los medios, en el mundo han realizado multitudinarias marchas por la reivindicación de sus derechos y la igualdad de género. Sin duda para nosotras, para mi en particular, esto ha sido un motivo de alegría. Y lo debe ser para todas, no solo para las feministas más extremas (mal llamadas a nivel masivo “feminazis”).
Pero con la pandemia por coronavirus Covid-19, parece que las mujeres quedamos relegadas y en nuestro país y en gran parte del mundo hemos visto como la violencia de género ha aumentado a niveles impensados.
Tonta, fea, gorda, inútil… muchas han escuchado estas frases más seguido de lo que se quisiera. Y de partida hay que insistir: nadie tiene derecho a maltratarte ni física o psicológicamente. Cuesta imaginar la angustia de una mujer que debe estar 24 horas encerrada con su agresor, y me atrevo a decir que pese a que los golpes son lo más visible y grave, la agresión psicológica puede dejar huellas incluso más profundas.
Pocas mujeres en Chile pueden decir que nunca han vivido violencia, y si hemos convivido con alguien que resalta tu lado negativo, que te obliga a cambiarte de ropa, que te dice gorda, que no te deja comer lo que quieres, que te trata de tonta, sabemos que es una lucha diaria por sobrevivir, sin caer en depresión u otro tipo de enfermedades. ¿Cuánto tiempo se pude soportar eso sin salir de casa? ¿Cómo lo hacemos si además los hijos son testigos silenciosos?
Pero se puede salir adelante. Lo primero es saber que no estás sola luchando, que muchas están en tu situación y que somos muchas las que queremos que esto no se repita. Y que muchas ya han logrado salir, que siempre hay un haz de luz al final del túnel, no te avergüences de lo que vives y, como nos sugieren los expertos, coméntale a tu familia, a tus amigas más cercanas, busca ayuda en tu circulo más intimo. Pero si no puedes hacer esto, existen números especiales tanto en el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, en Carabineros y la PDI, ahí te guiarán, te pondrán en contacto con profesionales que puedan ayudarte.
La lucha contra la violencia doméstica puede parecer un camino solitario, pero no lo es, y hoy más que nunca debemos unirnos y si somos testigos de algún episodio en el barrio, en el departamento de al lado, en la casa vecina, hay que denunciarlo y poner en medio de esta crisis a las mujeres primero.
No podemos lamentar que una mujer se enferme y menos que una sea golpeada o asesinada, debido a que la persona que la ama en realidad la maltrata. Las mujeres primero, nosotras valemos y lo reitero “no estás sola”…respira, mira y permítete recibir ayuda, tu vida es el tesoro más valioso.
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Por: Esperanza Miranda.