En la actualidad, los métodos de pago más utilizados incluyen mensajes de texto, códigos QR y pagos a través de teléfonos móviles. Se estima que en los próximos cinco años, el uso de estos métodos se quintuplicará.
Esta información fue presentada en el evento “Arquitecturas Disruptivas en Entornos Regulados”, que reunió a líderes de la industria tecnológica y bancaria para discutir las oportunidades y desafíos de la modernización bancaria.
La moderadora del panel, Jazmín Jorquera, Directora de FinteChile, facilitó la discusión entre expertos como Ignacio Dogliotti y Martin D’elia de AWS, Pablo Pereyra Portugal de 2innovate, y Alex Pacheco de Thought Machine. Los panelistas abordaron temas clave como la integración de sistemas y la alineación con el estándar BIAN (Banking Industry Architecture Network), subrayando la importancia de las arquitecturas disruptivas para adaptarse a las exigencias regulatorias de manera ágil e innovadora.
“Desde 2019, el uso de efectivo ha disminuido notablemente en Latinoamérica y en Chile, donde solo el 13% de la población afirma querer utilizarlo”, comentó Pablo Pereyra, Chief Revenue Officer de 2innovate. Además, destacó que el uso de billeteras digitales se ha quintuplicado en los últimos cinco años. Actualmente, el 30% de los pagos de comercio electrónico en Chile se realizan a través de billeteras digitales, y se espera que esta cifra alcance el 54% para 2026, junto con un aumento en los pagos sin contacto.
El uso de pagos móviles es especialmente popular entre los millennials, seguido por la generación Z, mientras que la generación X muestra un uso considerablemente menor. Esta tendencia refleja un cambio demográfico significativo en la adopción de tecnologías de pago.
A nivel global, se anticipa que en los próximos 20 años, las monedas digitales de los bancos centrales (CBDCs) y las criptomonedas generen una disrupción significativa en el sector financiero. Sin embargo, la banca enfrenta varios desafíos en esta transición, como la protección de datos ante el aumento de fraudes, la necesidad de una experiencia de pago fluida y completa, y la aceptación generalizada de medios de pago digitales.
Pereyra concluyó resaltando la importancia de simplificar aún más las transacciones a través de aplicaciones digitales y de avanzar hacia una digitalización completa del plástico. De esta manera, se asegura que la evolución de los métodos de pago no solo beneficie a las empresas, sino que también se adapte a las expectativas y necesidades de los consumidores chilenos.
Con el avance de estas tendencias, el futuro de la banca y los métodos de pago en Chile se perfila como un ecosistema dinámico y en constante transformación, donde la tecnología jugará un papel crucial en la manera en que los ciudadanos gestionan sus finanzas y realizan sus transacciones.