fbpx

Académico propone un Plan Nacional de Alimentación de cara al período post pandemia

René Sandoval, académico de la Escuela de Nutrición y Dietética UCM, también advirtió que la pandemia ha dejado en evidencia la inequidad en el acceso a verduras y fruta frescas.

La pandemia además de poner a prueba el sistema de salud, ha evidenciado algunas falencias a nivel alimentario. No solo porque, según la última Encuesta Nacional de Salud, el 75 por ciento de la población tiene sobrepeso u obesidad, un factor que puede generar complicaciones en caso de infección por coronavirus; sino porque el acceso a ciertos alimentos es desigual.

René Sandoval, académico de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad Católica del Maule (UCM), advirtió que “quienes perdieron el trabajo o vieron disminuidos sus ingresos, junto con el aumento de los precios de algunos alimentos básicos, ha generado profundas desigualdades en el acceso. La idea es que no solo se consuman carbohidratos o, en palabras simples, masas, arroz y fideos; sino que las personas tengan una alimentación equilibrada que incluya huevos, carne, pescado, frutas y verduras frescas”. Esta última característica es clave para mantener la salud de la población.

“Si bien, la caja de alimentos no perecibles que está entregando el gobierno, es un aporte; podría implementarse también otra manera de entregar estos recursos, quizá con una tarjeta para que las personas puedan acceder a alimentos frescos, lo que también aportaría a los mercados locales, pequeños almacenes o verdulerías de barrio”.

En esa misma línea, el académico propuso que, de cara al periodo de postpandemia, se genere un “plan nacional de alimentación que asegure la producción, distribución y consumo de alimentos a nivel local, en lugar de privilegiar la exportación de productos como frutas o pescado que es lo que nuestro país envía a mercados internacionales”.

Según Sandoval, “lo que debería pasar es que las familias comiencen a cocinar en casa alimentos más saludables, pero actualmente está sucediendo todo lo contrario” y es por ello que plantea la necesidad de “establecer una subvención a alimentos frescos y, también, generar algún impuesto a los productos alimenticios procesados, además del etiquetado”.

Y es que los patrones de consumo ya están instalados y es por ello que las personas siguen consumiendo grandes cantidades de azúcar, sodio y grasas. “Cuando estamos expuestos a una oferta diaria, por ejemplo, de bebidas gaseosas, snacks o helados; se incorporan a la familia y lo crítico es que los hábitos se forman entre los 2 y los 5 años, por lo tanto, ofrecer este tipo de alimentos a esos niños, queda arraigado y luego es muy difícil que, cuando sean adultos, los eliminen de su dieta”, indicó el académico.

Por ello, Sandoval, considera que es momento de que los colegios incluyan un nutricionista dentro de su equipo para que se vea un impacto real en los indicadores de malnutrición escolar. “Hay varias escuelas que, por voluntad de los municipios o sostenedores, cuentan con un nutricionista. Es una medida bastante oportuna para trabajar de forma integral porque este profesional puede evaluar a la población escolar, pesquisar quienes están con malnutrición, hacer controles, trabajar con las familias y los profesores y, además, planificar y supervisar el servicio de alimentación escolar”.

Talca Capital

Leer anterior

49 personas fallecidas en las últimas 24 horas por Covid-19 en el país

Leer siguiente

Confirman 60 nuevos casos de coronavirus en la región

Dejar un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *