Investigadores de la UCM que están desarrollando un proyecto ANID llamado Prácticas comunitarias, políticas locales y gobernanza para la gestión de la crisis por COVID-19 presentaron sus resultados preliminares a la SEREMI de ciencia, tecnología, conocimiento e innovación de la Macrozona Centro Sur, Paulina Assmann.
El proyecto, Prácticas comunitarias, políticas locales y gobernanza para la gestión de la crisis por COVID-19, fue el único ganador en la Región del Maule, entre las más de 1.000 propuesta que se presentaron a nivel nacional, a un fondo extraordinario establecido por el Ministerio de Ciencias y La Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), que tienen por objetivo apoyar, desde distintas áreas del conocimiento, los esfuerzos realizados por el país para manejar y comprender las causas y efectos de la crisis sanitaria por la que se atraviesa.
Investigación que es liderada por académicos y académicas de la Escuela de Sociología de la Universidad Católica del Maule, y el Centro de Estudios Urbanos y Territoriales y que tiene la colaboración de otras casas de estudios nacionales como la U. del Bio Bio y la de las Américas, busca analizar el rol de las comunidades en el manejo de la crisis por COVID-19, y su potencial contribución al diseño e implementación de políticas públicas para la gestión de esta y futuras crisis, en las ciudades intermedias de Rancagua, Talca y Chillán.
En él, los y las investigadoras incorporan las reflexiones y resultados de 10 años de experiencia trabajando en los territorios junto a las comunidades, tal como lo explicó el director de la Escuela de Sociología UCM Dr. Francisco Letelier. “Estamos trabajando con metodologías participativas porque la ciencia social tiene que acercarse al territorio y las personas, el conocimiento no se hace únicamente con literatura y artículos para revistas científicas, sino que lo que buscamos es construir conocimiento con las personas, articulando docencia con vinculación”, sostuvo.
Fue así como el equipo se cuestionó el rol de las comunidades en la crisis sanitaria y, tras adjudicarse la propuesta, investigó a fondo cómo se estaban organizando las personas en las ciudades intermedias (en este caso Rancagua, Talca y Chillán) para hacer frente a múltiples y diversas dificultades. Esto pues además del tema de la salud, la pandemia por COVID-19 ha implicado importantes problemas sociales y económicos.
RESULTADOS PRELIMINARES
Aunque los resultados del trabajo de campo y la aplicación de herramientas cualitativas aún están en proceso de análisis, el equipo presentó algunos resultados preliminares a la SEREMI de ciencia, tecnología, conocimiento e innovación Macrozona Centro Sur, Paulina Assmann, quien visitó la Universidad Católica del Maule, para conocer de primera fuente los detalles de esta investigación.
La directora del proyecto, la Dra. Verónica Tapia, sostuvo que “detectamos que las comunidades hacían cosas para sobrevivir y hacer frente a los impactos de la pandemia y esa fue la interrogación inicial, la segunda, fue trabajar en áreas que no sean las metropolitanas, ya que los espacios rurales y urbanos de las ciudades intermedias tienen características diferentes a las zonas metropolitanas y vemos que hay un valor para investigar desde y con estos territorios”.
“Tenemos desde la olla común hasta el intercambio económico alternativo, las prácticas de trueque, por ejemplo, han sido muy relevantes durante la pandemia”, agregó la académica UCM, complementando que “rescatamos 7 ejes de análisis, el primero son las experiencias solidarias, luego experiencias de articulación territorial, donde encontramos, por ejemplo, a la Coordinadora Sur Poniente de Talca que agrupa a diferentes iniciativas y que conforman una expresión más compleja y diversa de organización, luego encontramos que muchas de las experiencias están inspiradas en los feminismos, también están las experiencias de cuidado, las que tienen que ver con la salud mental. También, las experiencias vinculadas a las barras de fútbol y las espirituales, donde es muy interesante el sentido colectivo que poseen. Todas estas experiencias tienen en común que proponen y practican formas alternativas para hacer frente a la crisis, manifiestan lo que hemos asociado con la idea de entramados comunitarios, es decir, todos aquellos vínculos y prácticas que hacen posible la vida, por ejemplo, los cuidados de la infancia o los vínculos entre vecinos y vecinas, pero que no dependen ni del mercado ni del Estado, sino de lo comunitario”.
VALORAR LA CIENCIA SOCIAL
En la reunión, Paulina Assmann, comprometió su apoyo y colaboración para que los resultados de este trabajo se materialicen en propuestas concretas. “Pienso que en este tipo de trabajos la ANID debería tener un rol mucho más activo, por ejemplo, estas iniciativas que son financiadas por el Estado debemos articularlas para que las herramientas que se construyen lleguen a las personas…la idea es que los científicos puedan traspasar su conocimiento”, señaló.
