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¿Mal pronóstico para la sequía? La Niña llegó para quedarse

El Centro de Predicción Climática de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) anunció que el fenómeno llegará al Pacífico por segundo año consecutivo, lo que podría implicar un 2022 seco en la zona central, complicando la actual situación que ya es crítica. 

Hace algunas semanas, el Ministerio de Agricultura decretó zona de emergencia agrícola para todas las comunas de las regiones de Coquimbo, Valparaíso, O’Higgins y Maule, que, sumadas a la Región de Los Lagos, totalizan 146 comunas en situación de emergencia en el marco de la sequía que experimenta el país desde hace 13 años.

Si bien, eso significa una inyección de dinero para las zonas afectadas, cercana a los 8 mil millones de pesos, hay otra noticia que no ayuda en las perspectivas para 2022: La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) anunció que el fenómeno de La Niña ha llegado nuevamente y sentiremos sus efectos durante varios meses.

Según lo que expresa el informe, el fenómeno tenderá a intensificarse y podríamos verlo debilitado solo durante la primavera del próximo año, lo que puede tener un impacto en las lluvias en nuestro país y especialmente de la zona central.

La investigadora postdoctoral del Instituto de Ciencias Agroalimentarias, Animales y Ambientales (ICA3) de la Universidad Estatal de O’Higgins (UOH), Viviana Tudela, explica que La Niña corresponde a una fase de un fenómeno natural que se llama El Niño Oscilación del Sur. “Es una oscilación en la temperatura superficial del mar en el Pacífico Ecuatorial y consta de tres fases. El Niño, que es la fase cálida, es decir, cuando la temperatura superficial del mar en ese sector del Pacífico está por sobre el promedio. También existe una fase neutral, donde la temperatura está en torno al valor promedio histórico. Y la Niña, que es la etapa fría, donde la temperatura superficial del mar es inferior a lo normal”, explica la doctora en Ciencias Silvoagropecuarias y Veterinarias.

Se trata de un fenómeno de acople entre el océano y la atmósfera. “Los cambios de la temperatura superficial del mar generan cambios de presión en el Pacífico Ecuatorial y también cambios en los vientos alisios, que son los vientos que van desde la latitud 30 hacia el Ecuador”, puntualiza la experta.

Lo preocupante de la llegada de La Niña es que, “estos cambios de presión y de los vientos pueden modificar la trayectoria de los sistemas frontales que llegan a Chile Continental. En este caso particular, un evento La Niña es declarado cuando la temperatura superficial del mar en el Pacifico Ecuatorial es inferior a lo normal durante tres meses, y esto puede generar que los sistemas frontales no logren llegar hacia la zona central, incluso tampoco a la zona sur del país, generando menor precipitación”, indica.

Viviana Tudela asegura que además de la merma en las precipitaciones, “esta fase también está asociada a temperaturas mínimas más bajas”. Aun así, aclara que los patrones de La Niña pueden ser modificados por otros fenómenos atmosféricos y oceánicos, por lo tanto, “muchas veces no hay una coincidencia tajante entre lo que se puede prever solamente con los patrones de El Niño o La Niña”.

La investigadora advierte que es importante saber que el pronóstico de El Niño o La Niña no puede prever cantidad de eventos de precipitación, ni cuánta cantidad de agua en cada evento. “Solamente se puede decir la cantidad acumulada en el periodo, por ejemplo, en el trimestre como cantidad total, que va a ser inferior, superior o estará en el rango normal, pero no se puede saber las veces que va a precipitar, ni la intensidad de esas precipitaciones”, asegura la doctora.

Talca Capital

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